jueves, 23 de septiembre de 2010

La Aldea de San Nicolás: Enrique y el Cuevón del Puerto

Enrique García Valencia escribió en Artevirgo sobre el Cuevón del Puerto, con el título Pasatiempos del litoral. Éste es un lugar muy especial de muchos recuerdos para todos los aldeanos. De ahí que incluya su post y lo que éste me hizo recordar.

¿Qué decir del ínclito, popular y entrañable Cuevón del Puerto? Quizá, y para algún lector que todavía no lo conozca, mencionar que es un oasis de sombra y de endógeno frescor en la sajariana orilla caliente de los veranos de La Aldea. La gran sala comedor de los tenderetes y comilonas que allí, al socaire de su penumbra, suelen realizar los devotos comensales del placer compartido. La enorme boca rocosa que continuamente se hace eco repitiendo —en farruca porfía con el océano— lo que aquél le brama en su reto persistente y eterno. La inmensa bóveda central de una basílica minimalista donde oficiara el sacerdote de la perenne quietud y del sosiego. Un biotopo costero en equilibrio que nota impasible cómo el paso del tiempo deja su impronta evolutiva e indeleble en él.


Para seguir leyendo, entra aquí:
http://artevirgo.blogia.com/2010/090401-pasatiempos-del-litoral.php


Enrique


Eres poeta de nuestra tierra, eres poeta de nuestro mar, eres poeta del Cuevón del Puerto y del balo que lo adorna sin cesar.


Remembranzas de un lejano pasado, pero que sigue vivo en nuestra memoria y en nuestra alma. Emocionan tantos recuerdos juntos, que van formando una cadena que nos conmueve hasta verter lágrimas de alegría. Recuerdos infantiles cuando el camino a la Playa era una esperada odisea y el Cuevón una majestuosa basílica pétrea, las rocas eran producto de la labor de los dioses que habrían tardado siglos en crearlas y el mar azul, ondulante, grandioso, formaba encajes de bolillos al llegar a las rocas y piedras que nos resguardaban de su afán por bañarnos de arriba abajo.
Qué decir del balo que adorna el Cuevón. Tu amigo inseparable, el que te espera a cualquier hora que te dignes visitar. El que te sonríe cuando le cuentas tus alegrías y el que te mira con mucha atención cuando le comentas tus preocupaciones y tristezas, y el que llora contigo cuando a su vera a llorar te acercas. Sabes que cuentas con un amigo que nunca te fallará. Es un amigo para siempre. A partir de ahora, estoy seguro que el balo tendrá más visitas. También de algunos, faltos de verdaderos amigos, se acercarán con ansias de hacer amistad con él. Su número de visitas y de amigos crecerá como la espuma. Son tan apreciadas sus cualidades como amigo que no faltará quien le sirva de traductor de sus sentimientos y le abra un blog, o su participación en Twitter. Pronto tendrá muchos seguidores, pues nos contará de su diaria experiencia del bello mar aldeano, de los días de frío en que se encoge para estar mejor arropado, o cuando hace calor y abre sus ramas y extiende sus hojas al mar para captar el frescor de la brisa marina. Nos contará de sus amigos, de los visitantes diarios, de la gente que pasa con sus toallas en dirección a la plácida y acogedora Playa del Puerto, o los que van con sus cañas de pescar y sus baldes para capturar algunas piezas del rico pescado de la zona.


Enrique, amigo, estupendo post que me ha hecho volar hasta la maravillosa costa aldeana y rememorar inolvidables momentos. Quise escribir un poema al Cuevón y a tu amigo el balo, pero tanto tiempo sin escribir, las musas se negaron a colaborar, pero queda pendiente.



4 comentarios:

Enrique, el amigo del balo dijo...

Juan Antonio el de Purita, querido amigo. Te expreso en un comentario hecho en Artevirgo.blogia.com, la gran alería que me "contagio" tu bonito comentario plasmado allí.

Llegó justo cuando más lo necesitaba, me vino de manganilla y me sentó como el agüita de mayo de la que habla el dichoso dicho. Yo creo en las casualidade, pero confío más en las CAUSALIDADES, y ésta me lo confirma y conforma aún más.

Usas magistralmente la figura poética de la PRETERICIÓN para regalar el oído a este pobre diletante que no aspira a nada más que a poder emular, de raspafilón, la popular intención del ínclito Guajiro de Peñón Rajao (Maximiano Matías).

Gracias tantas en nombre de "Pendula poclama", del Cuevón y en el mío propio.

Un abrazo, compa, de parte del aldeano Enrique García Valencia.

Geni (Maria Eugenia) dijo...

Preciosa tu entrada, haces que disfrutemos de ese lugar maravilloso,un besito mi querido amigo.

Dejame que te cuente dijo...

me emociona la gente que reivindica su tierra..
yo lo hago cuando puedo.. precisamente el domingo lo intenté de nuevo.
esto que escribes y nos cuentas....es precioso...

sin duda eres una persona afortunada por conocer este lugar...
un abrazo

Anónimo dijo...

hermoso y sentido cómo siempre!!
amo a las personas que aman su tierra con tanta vehemencia....

estoy un poco alejada de la red un poco por trabajo y otro poco por que estoy armando otra nueva campaña solidaria para los pueblos originarios del chaco..
cuándo vuelva te cuento!!!

abrazos, miless