El alma aldeana
está muy presente
en cada piedra del camino
y en cada ahulaga de la montaña,
en cada tomatero labrado con esmero
y en cada aldeano que dejó su esencia
a lo largo de la historia en caminos y senderos.
Cada uno dejó su impronta a través de los siglos
luchando por la propiedad de la tierra
y por el agua que les permitió vivir
con dignidad y con confianza en el futuro .
Más de uno dejó la vida
defendiendo lo suyo
no importando si enfrente tenían
a un conde o a un marqués
o al gobierno de turno
que querían dejarlos sin manos y sin pies
para poder labrar la tierra
y tener el sustento de los suyos.
Ahora los aldeanos estamos alerta
ante un nuevo desafío:
nos quieren quitar el agua
que riegan nuestros campos
y nosotros estamos alerta
para defender lo nuestro
con fuerza y determinación
pues sin agua el pueblo se nos muere
y tendríamos que pensar en la emigración
y eso jamás sucederá ya que aquí se encuentra
la esencia de nuestros ancestros y el futuro de nuestros hijos .