miércoles, 29 de septiembre de 2010

El amor a la UD Las Palmas desde La Aldea de San Nicolás




La UD Las Palmas fue fundada en 1949, por lo tanto, yo sólo tenía un año de vida en fecha tan señalada para la historia del equipo.
Desde muy pequeño mi máxima prioridad era jugar al fútbol, para lo cual mi padre me compraba pelotas y más tarde balones de reglamento. Me pasaba todo el tiempo posible en el campo de fútbol de Los Calixto, al lado de La Sociedad
Era tanta mi afición que seguía a la UD Las Palmas cotidianamente. En aquella época no me podía imaginar que nuestro equipo insular tenía tan corta historia.
Lamentablemente desde La Aldea no se escuchaban las emisoras de Gran Canaria, por lo que teníamos que escuchar las de la isla de Tenerife para seguir al equipo de nuestra tierra. Recuerdo una tarde de domingo en que se estaba jugando un emocionante partido entre la UD San Nicolás y el CD Guía, pero que al mismo tiempo nuestra atención estaba en el campo Sánchez Pizjuán, donde la UD Las Palmas acabó remontando y le ganó al equipo del Sevilla por 2 goles a 3, si no recuerdo mal, destacando los jugadores canarios Silva y Miguel que habían regresado después de estar unas temporadas ligados al Atl. de Madrid y Real Madrid, respectivamente.
Tengo muy presente el partido entre la UD y el Mallorca. Mi padre me había llevado al estadio porque era el partido que decidía quién ascendía a Primera División, temporada 1963-64. Ganó nuestro equipo por 1 a 0. Fue curioso el gol, pues el balón entró mansamente después de escapársele de las manos al portero. El equipo dirigido por Vicente Dauder lo formaron: Oregui; Aparicio, Tonono, José Luis; Ardura, Torrent;  Juan Luis, Evaristo, Gilberto I, Guedes, Vegazo.
Siempre que íbamos a jugar con la UD San Nicolás fuera de La Aldea, todos los jugadores y personal técnico asistíamos al Estadio Insular a ver a la Unión Deportiva. Una vez ganamos un partido en el campo Antonio Rojas y un buen seguidor, Antonio el del "Bar La Laja" nos regaló una botella de licor para que celebráramos nuestro triunfo, y nos la tomamos en el Estadio, mientras la Unión Deportiva Las Palmas hilvanaba muy buen juego y nos regalaba un gran triunfo. ¡Qué tarde aquella más completa y divertida!
En los tiempos en que la UD era de los mejores equipos de España yo me iba los jueves a ver el partidillo previo al partido de Liga, pues ya estaba trabajando en Las Palmas de Gran Canaria. Era un gran placer ver evolucionar sobre el césped a jugadores como Tonono, Guedes, Germán, León, Justo Gilberto, Gilberto I, Castellanos, los dos porteros, Ulacia y Oregui... ¡Era una gozada, un espectáculo admirable verlos jugar de forma tan maravillosa!
Mi amor a los colores nació en La Aldea, cuando era pequeño, y se ha mantenido hasta ahora que me encuentro al otro lado del Charco, pero los sigo igualmente como si estuviera en nuestra isla.

jueves, 23 de septiembre de 2010

La Aldea de San Nicolás: Enrique y el Cuevón del Puerto

Enrique García Valencia escribió en Artevirgo sobre el Cuevón del Puerto, con el título Pasatiempos del litoral. Éste es un lugar muy especial de muchos recuerdos para todos los aldeanos. De ahí que incluya su post y lo que éste me hizo recordar.

¿Qué decir del ínclito, popular y entrañable Cuevón del Puerto? Quizá, y para algún lector que todavía no lo conozca, mencionar que es un oasis de sombra y de endógeno frescor en la sajariana orilla caliente de los veranos de La Aldea. La gran sala comedor de los tenderetes y comilonas que allí, al socaire de su penumbra, suelen realizar los devotos comensales del placer compartido. La enorme boca rocosa que continuamente se hace eco repitiendo —en farruca porfía con el océano— lo que aquél le brama en su reto persistente y eterno. La inmensa bóveda central de una basílica minimalista donde oficiara el sacerdote de la perenne quietud y del sosiego. Un biotopo costero en equilibrio que nota impasible cómo el paso del tiempo deja su impronta evolutiva e indeleble en él.


Para seguir leyendo, entra aquí:
http://artevirgo.blogia.com/2010/090401-pasatiempos-del-litoral.php


Enrique


Eres poeta de nuestra tierra, eres poeta de nuestro mar, eres poeta del Cuevón del Puerto y del balo que lo adorna sin cesar.


Remembranzas de un lejano pasado, pero que sigue vivo en nuestra memoria y en nuestra alma. Emocionan tantos recuerdos juntos, que van formando una cadena que nos conmueve hasta verter lágrimas de alegría. Recuerdos infantiles cuando el camino a la Playa era una esperada odisea y el Cuevón una majestuosa basílica pétrea, las rocas eran producto de la labor de los dioses que habrían tardado siglos en crearlas y el mar azul, ondulante, grandioso, formaba encajes de bolillos al llegar a las rocas y piedras que nos resguardaban de su afán por bañarnos de arriba abajo.
Qué decir del balo que adorna el Cuevón. Tu amigo inseparable, el que te espera a cualquier hora que te dignes visitar. El que te sonríe cuando le cuentas tus alegrías y el que te mira con mucha atención cuando le comentas tus preocupaciones y tristezas, y el que llora contigo cuando a su vera a llorar te acercas. Sabes que cuentas con un amigo que nunca te fallará. Es un amigo para siempre. A partir de ahora, estoy seguro que el balo tendrá más visitas. También de algunos, faltos de verdaderos amigos, se acercarán con ansias de hacer amistad con él. Su número de visitas y de amigos crecerá como la espuma. Son tan apreciadas sus cualidades como amigo que no faltará quien le sirva de traductor de sus sentimientos y le abra un blog, o su participación en Twitter. Pronto tendrá muchos seguidores, pues nos contará de su diaria experiencia del bello mar aldeano, de los días de frío en que se encoge para estar mejor arropado, o cuando hace calor y abre sus ramas y extiende sus hojas al mar para captar el frescor de la brisa marina. Nos contará de sus amigos, de los visitantes diarios, de la gente que pasa con sus toallas en dirección a la plácida y acogedora Playa del Puerto, o los que van con sus cañas de pescar y sus baldes para capturar algunas piezas del rico pescado de la zona.


Enrique, amigo, estupendo post que me ha hecho volar hasta la maravillosa costa aldeana y rememorar inolvidables momentos. Quise escribir un poema al Cuevón y a tu amigo el balo, pero tanto tiempo sin escribir, las musas se negaron a colaborar, pero queda pendiente.



lunes, 20 de septiembre de 2010

La Aldea de San Nicolás: Fotos para el recuerdo (1)


Foto de mi padre, Antoñito Quintana, de corbata negra, con los medianeros, acompañados por la familia de éstos.

En Castañeta siempre hubo muy buenos medianeros, pero los más recordados eran Nicolás y Alberta, y Pepe y Amelia. Los considerábamos como de la familia, pues estuvieron laborando allí durante muchos años. Eran gente muy trabajadora y cariñosa. Como buenos campesinos obtenían de la tierra, además de la cosecha de tomates, gran cantidad de verdura y fruta de toda clase. También contaban con algunas vacas y cabras que nos proporcionaban buena leche y cabritos con los que celebrábamos las Navidades y  fiestas importantes. Cuando mi padre organizaba algún viaje a  Las Palmas de Gran Canaria, le proveían de todo lo que hubiera en la finca para repartirlo entre la familia de la capital.
Mi padre se pasó aquellos años trabajando, además de para pagarnos la carrera a sus hijos, para comprar los celemines que pertenecían a los otros herederos del Cura Vicente, con el fin de  ampliar la finca. Esto cuando no había que arreglar El Arenal que se lo había llevado el Barranco Grande en sus crecidas imparables; entraba por la finca de José Sosa e iba arrasando todo hasta llegar a la de mi padre, para continuar por la de tití  Daniel.
Emocionantes las veces que corría el barranco y, cuando ya portaba menos caudal, cruzábamos por las saltaderas que eran unas grandes piedras que habían colocado al efecto. Cuando ya éramos muchachos, lo hacíamos a la carrera.
Una vez quise ayudar a una señora con algunos paquetes a cruzarlo, pero perdí pie y casi me lleva la corriente  barranco abajo. Un día Carmita Afonso hizo el siguiente comentario en el colegio: ¡Alguien se quiso hacer el valiente y casi se lo lleva el barranco! Yo me quedé colorado, pero me hice el desentendido.
De Castañeta recuerdo una higuera que llegaba hasta el cielo y daba cajas de ricos higos blancos. Así lo veía yo, pues era muy pequeño.
También las tuneras que plantaba mi padre que nos permitían deleitarnos con unos ricos tunos amarillos azucaraditos y jugosos y otras de tunos blancos pequeños y deliciosos.
Estos son recuerdos imborrables, pues uno jamás se olvida de lo bueno que le sucedió en su vida.

sábado, 11 de septiembre de 2010

La Fiesta del Charco, Gran Canaria, Islas Canarias




Autor del video: Fistiki


Después de la verbena de amanecida del día 10, cuando se celebra el dia de San Nicolás de Tolentino, Patrono del pueblo, los más osados toman el camino que les lleva a la playa. Allí, a las doce de la mañana, una orquesta acompaña, con su animada musica, hasta el Muelle a locales y forasteros en un baile divertido e inigualable. Posteriormente se dirigen hasta cerca del Charco para almorzar en un bosquecillo, en el Parque Rubén Díaz, hasta las cinco de la tarde en que el Alcalde tira al aire un volador dando la señal de que ya se pueden tirar a recoger la rica lisa, y para divertirse. Hay premios para el que recoge la pieza mayor y para el que reúne más cantidad de ellas. Para tal menester se usan cestas y cualquier otro aparejo que permita capturar a los peces.


No olviden, cada 11 de septiembre se celebra La Fiesta del Charco, vivan ustedes cerca o lejos, prográmense para que puedan asistir y disfrutar de una fiesta ancestral que proviene de los aborígenes prehispánicos.



sábado, 4 de septiembre de 2010

Gúi Gúi, tesoro entre las montañas y el mar



La Playa de Güi Güi (Guguy para los antiguos aldeanos) se encuentra al oeste de la isla de Gran Canaria, perteneciente al municipio de La Aldea de San Nicolás. Sólo tiene acceso por mar  o a pie, en un largo camino entre montañas.

Es un tesoro escondido
entre montañas y el mar
con aguas transparentes
que arrullan a los peces
y al visitante al nadar.

Su arena limpia y suave
acaricia nuestra alma
que se deleita con su belleza
y la llena de amor y calma
con su música celestial.

Entre las rocas, veredas y montañas
anida el espíritu de los antiguos pobladores
que disfrutaron de la esencia de la playa
y con nosotros son auténticos defensores
de su belleza, de su encanto y de su magia.


Video: Cunacen