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jueves, 3 de mayo de 2012
Por fin la luz al final del túnel: Nueva vía para La Aldea
Video de Odiomed.
Mañana, 4 de mayo de 2012, se realizará la voladura del último tramo del túnel de la tan añorada vía que unirá en un futuro El Risco de Agaete con La Aldea de San Nicolás. Esta nueva carretera, con una longitud de 10 km, con 7 viaductos y un túnel de 2.339 m, salvará los peligrosos precipicios del Andén Verde, dentro del Parque Nacional Tirma-Tamadaba, pero cuyo principal peligro es la caída de piedras y derrumbe de parte de los riscos.
Macizo Tirma-Tamadaba (Foto tomada de Google)
La actual carretera costó sangre sudor y lágrimas, primero para que concedieran el permiso y luego el presupuesto para su construcción, y por el difícil trazado que eligieron, por unas montañas realmente de difícil acceso. Se dice que el ingeniero proyectó esa carretera, por ese sitio tan complicado, con el firme propósito de que no se pudiera llevar a cabo.
Después de más de 50 años recorriendo esa carretera, en la cual sentimos miedo muchas veces por las caídas de pìedras y derrumbes, también reconocemos los maravillosos paisajes de las esplendorosas montañas, de los agrestes y empinados acantilados, del inmenso mar azul visto desde las alturas, de la vista de la isla de Tenerife, con su majestuoso Teide, de los hermosos cardones y otras especies de la flora que alegran nuestra vista y nuestro espíritu. Ojalá que se minimice el impacto de las obras con la plantación de árboles, arbustos y plantas, embelleciendo los accesos donde hubo que horadar las montañas o remover millones de toneladas de tierra.
No sé si alguna vez, cuando se inaugure la nueva vía, podremos recorrer la antigua sólo por placer, para volver a disfrutar del maravilloso milagro del Creador, un esplendoroso cuadro que quedará para siempre en nuestra retina y en nuestro corazón.
domingo, 8 de abril de 2012
¡De excursión en el camión de Antoñito!
En la foto Antoñito Quintana con su esposa, Purita, sus hijos y sobrinos, y sus medianeros Pepe, Amelia, Nicolás Hernández y Alberta, con algunos de sus familiares.
Por los años 50 no había muchos lujos, pero nunca faltaban las ganas de divertirse y pasarlo bien. Las excursiones en el camión de Antoñito Quintana eran una de las formas de salir de la monotonía y de disfrutar de la naturaleza, ya fuera en la playa, en el campo, en el pinar de Tamadaba o en las fiestas de otros pueblos.
¡Nos vamos de excursión al Pinar de Tamadaba! Con esa frase, que corría de boca en boca entre familiares, amigos y vecinos, comenzaba el jolgorio, principalmente entre la chiquillería, para organizar la salida en el camión de Antoñito. En el día y hora señalados estábamos todos más contentos que unas pascuas, las mujeres con sus cestas con los almuerzos y meriendas: las tortillas de papas, las latas de sardinas y de atún, el queso, la talega del pan, el balde de tunos, unas manos de plátanos, las botellas de agua y una tableta de chocolate para endulzar la boca.
Durante el camino cantábamos para ir contentos y entretenidos, de esa forma lo pasábamos bien y transcurría rápidamente el tiempo del viaje.
Otras veces la excursión era corta, a la playa de La Aldea, por el Roque. Allí al fresquito almorzábamos, mientras charlábamos animadamente. Después de los postres, los chiquillos nos íbamos al agua, a pesar de que nuestras madres protestaban y nos advertían que se nos iba a cortar la digestión, y los mayores a echarse una siesta a la sombra de los riscos.
Una vez, al pasar por la destilería del Ron del Charco, percibimos un intenso mal olor, puesto que se encontraba el camino lleno de deshechos de la caña dulce. Debido a esa circunstancia, los chiquillos empezamos a cantar:
-Fo, fo y siempre fo; fo, fo y siempre fo. Y proseguíamos: -Fo, fo y siempre fo; fo, fo y siempre fo.
De esa manera llegamos hasta el pueblo cantando la canción, y en cualquier momento de nuestra niñez cuando percibíamos un fuerte mal olor la empezábamos a cantar entre risas.
Por los años 50 no había muchos lujos, pero nunca faltaban las ganas de divertirse y pasarlo bien. Las excursiones en el camión de Antoñito Quintana eran una de las formas de salir de la monotonía y de disfrutar de la naturaleza, ya fuera en la playa, en el campo, en el pinar de Tamadaba o en las fiestas de otros pueblos.
¡Nos vamos de excursión al Pinar de Tamadaba! Con esa frase, que corría de boca en boca entre familiares, amigos y vecinos, comenzaba el jolgorio, principalmente entre la chiquillería, para organizar la salida en el camión de Antoñito. En el día y hora señalados estábamos todos más contentos que unas pascuas, las mujeres con sus cestas con los almuerzos y meriendas: las tortillas de papas, las latas de sardinas y de atún, el queso, la talega del pan, el balde de tunos, unas manos de plátanos, las botellas de agua y una tableta de chocolate para endulzar la boca.
Durante el camino cantábamos para ir contentos y entretenidos, de esa forma lo pasábamos bien y transcurría rápidamente el tiempo del viaje.
Otras veces la excursión era corta, a la playa de La Aldea, por el Roque. Allí al fresquito almorzábamos, mientras charlábamos animadamente. Después de los postres, los chiquillos nos íbamos al agua, a pesar de que nuestras madres protestaban y nos advertían que se nos iba a cortar la digestión, y los mayores a echarse una siesta a la sombra de los riscos.
Una vez, al pasar por la destilería del Ron del Charco, percibimos un intenso mal olor, puesto que se encontraba el camino lleno de deshechos de la caña dulce. Debido a esa circunstancia, los chiquillos empezamos a cantar:
-Fo, fo y siempre fo; fo, fo y siempre fo. Y proseguíamos: -Fo, fo y siempre fo; fo, fo y siempre fo.
De esa manera llegamos hasta el pueblo cantando la canción, y en cualquier momento de nuestra niñez cuando percibíamos un fuerte mal olor la empezábamos a cantar entre risas.
martes, 31 de enero de 2012
Playa de La Aldea de San Nicolás
A la Playa de La Aldea donde se une mi espíritu con la esencia aldeana, lugar donde se aquieta el alma, donde navegan sueños e ilusiones pasadas, donde unimos emocionados nuestras huellas a las de nuestros antepasados que nos precedieron en el goce de estos inefables parajes, pero que juntos los recorremos cada día...hasta más allá del fin de los tiempos.
Qué deliciosas aguas, qué espectaculares riscos, qué rincón más hermoso, qué quietud del alma del que disfruta de esa inefable playa. Yo me sumerjo en ese mar en calma para vivir, soñar y amar.
La Aldea de San Nicolás roba mi espíritu, pues siempre vuela mi alma hacia ese regalo de Dios donde regresa el Niño que tanto disfrutó en él.
Foto: Tania Artiles
jueves, 21 de julio de 2011
Durmiendo en Caleta del Peñón Bermejo (Aldea de San Nicolás)
Escondida entre montañas del Macizo de Guguy, me recibe la Caleta del Peñón Bermejo después de cruzar continentes, desiertos, cordilleras, océanos y mares, y de pasar un sinfin de peripecias, como todo buen viajero empedernido que no para la pata hasta caer exhausto.
La caleta se encuentra cerrada por ambos lados por dos espectaculares farallones que como dos atentos vigilantes me cuidan y protegen en todo momento.
Las parduscas arenas me acarician suavemente los pies, y toda la piel de mi cuerpo, al revolcarme para extraer las energías inútiles que pugnan por salir de forma abrupta, con lo que me dejan bastante relajado y con la mente tranquila, que se va despejando de proyectos y ambiciones, de apegos, necesidades y creencias.
Sus turquesas y tranquilas aguas son cobijo para un ser que sólo tiene de compañeras a unas pocas y bellas palmeras que adornan la desembocadura del agreste barranco, y a unas aves que revolotean curiosas por el inesperado vecino que de repente se acercó a su hábitat natural.
Transcurren los días, semanas y meses y miro al mar, cada vez está más azul, más verde, más rojo. Las palmeras me saludan cada mañana haciendo una genuflexión, como señal de consideración y amistad por haberme quedado allí con el fin de hacerles compañía.
Me baño en las plácidas y acogedoras charcas donde mi somnolencia me lleva a soñar que me encuentro en el paraíso. Los peces juegan con los dedos de mis manos, me los muerden y un hilillo de sangre colorea las aguas. Y sigo durmiendo en Caleta del Peñón Bermejo. Y no quiero despertar.
*
Foto: Senderistas de Gran Canaria
Foto: Senderistas de Gran Canaria
Les recomiendo leer "Caleta del Peñón Bermejo", de Senderistas de Gran Canaria
jueves, 23 de junio de 2011
Recuerdos del Barranco Grande de La Aldea de San Nicolás
Muchos recuerdos me acompañan del barranco Tejeda - La Aldea, popularmente llamado el Barranco Grande, pues son muchas las experiencias a lo largo de mi vida en torno a él.
Las primeras son de cuando corría el barranco con tanta furia que se llevaba por delante el fuerte de Castañeta, dejando un erial lleno de piedras, y con la consiguiente reconstrucción de la finca en la zona de El Arenal. Mi padre tuvo una lucha constante con el barranco, con el fin de evitar que se lo llevara.
También son inolvidables cuando bajaba el caudal y ya se veían las saltaderas por donde cruzábamos contentos. Era toda una aventura atravesarlo hasta llegar a Castañeta.
Asimismo nos bañábamos junto a los amigos en las maretas o charcas, cuando ya el barranco bajaba adormilado con aguas claras y transparentes. Lo pasábamos en grande jugando en el agua.
Y cuando ya estaba seco iba en bicicleta por la mañana a buscar la leche. Tardaba en ir a buscarla, desde mi casa frente al cine Nuevo hasta la finca, entre tres y cuatro minutos, pues recogía la lechera sin bajarme del velocípedo.
Siempre era un placer pasear por el barranco en mis estancias estivales en la casa de la finca de Castañeta. Caminábamos por él pasando por los Cercadillos, el Molino de Agua, San Clemente, llegando algunas veces hasta Salado, después de cruzar los tres puentes. Las piedras del barranco, su vegetación y las altas y entrañables montañas formaban un delicioso paisaje donde nos encontrábamos en el cielo, disfrutando de la paz y el silencio que nos hablaban quedamente, de tal forma que nos quedábamos extasiados.
Haikus sobre el Barranco Grande
Espera un poco.
Por esas saltaderas
¡a Castañeta!
*
¡Llega el barranco!
Viene por Cercadillos
como un león.
*
Esos chiquillos
se bañan en los charcos
junto a los sapos.
*
Alpispas juegan
con sus algarabías
en el barranco.
*
Foto de la red
miércoles, 15 de junio de 2011
La Aldea de San Nicolás: Ese mar, mi mar
La Aldea de San Nicolás, Gran Canaria, España, es un pueblo de ancestral lejanía de la capital y del resto de la isla. Antiguamente era más difícil ir de compras a Las Palmas de Gran Canaria que llegar en barca a la vecina isla de Tenerife, pues era más fácil navegar que atravesar las montañas a pie, y también porque el Teide, como su inmenso faro, atraía a los aldeanos. Actualmente es más fácil acceder a cualquier lugar de Gran Canaria, pero nos separan las montañas y nuestro anhelo por conservar el acervo que hemos heredado de nuestros ancestros.
Ante esa lejanía nos hemos arraigado tanto que nuestro espíritu vuela desde cualquier sitio del mundo en que nos encontremos para aspirar su esencia que nos permita vivir con alegría y paz en nuestra alma.
Entre tanto icono de nuestro pueblo, surge el mar aldeano como la luz, la llama incandescente, el faro que nos guía y nos da fuerza para persistir en el camino, para continuar la diaria senda y para seguir con la llama encendida y con la ilusión de besar nuevamente nuestro pueblo, y bañarnos en sus aguas, en nuestro mar aldeano.
Yo he escrito mucho con gran devoción y amor a ese mar que nos cautiva y nos embelesa.
De ahí que la poeta chilena Marysol Salval (http://marysolsalval.blogspot.com/) me haya escrito con gran cariño este delicioso poema:
Ante esa lejanía nos hemos arraigado tanto que nuestro espíritu vuela desde cualquier sitio del mundo en que nos encontremos para aspirar su esencia que nos permita vivir con alegría y paz en nuestra alma.
Entre tanto icono de nuestro pueblo, surge el mar aldeano como la luz, la llama incandescente, el faro que nos guía y nos da fuerza para persistir en el camino, para continuar la diaria senda y para seguir con la llama encendida y con la ilusión de besar nuevamente nuestro pueblo, y bañarnos en sus aguas, en nuestro mar aldeano.
Yo he escrito mucho con gran devoción y amor a ese mar que nos cautiva y nos embelesa.
De ahí que la poeta chilena Marysol Salval (http://marysolsalval.blogspot.com/) me haya escrito con gran cariño este delicioso poema:
Ese mar, tu mar
Danza en el recuerdo
Y en sus aguas titila el brillo
De nostálgicos ayeres
Ora tristes, ora alegres
Vaivén sereno
De la historia de tu vida.
Ese mar, tu mar
Sabedor de todos tus secretos
Se mece en tu memoria
Enigmático y cómplice
Y te trae con la brisa
La humedad salobre de su encaje
El oro fino de sus playas
Y la algarabía de las gaviotas.
Nadar en sus azules aguas
Te vivifica y fortalece
Es refugio y consuelo
Es abrazo, es amigo
Es sueño y esperanza
Horizonte sin límites
Que te hace renacer
Una y otra vez.
Ese mar, tu mar…
© - Marysol Salval
Y yo, agradecido, le contesto:
Marysol:
El mar nos embriaga como el amor
nos llama, nos atrae y nos persigue
nos alienta y nos acoge en sus brazos
nos acuna y nos embelesa en sublime éxtasis.
Sin mi mar yo no podría existir
sin amor también estaría huérfano
en ti encontré el inefable y divino amor
y en mi mar la llama que me permite vivir.
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miércoles, 1 de junio de 2011
La Aldea de San Nicolás: "Allá junto al Roque"
Anoche lo pasé de maravilla, pues soñé que estaba en el Roque, en la Playa de La Aldea, donde solíamos de pequeños bajar con mis padres a almorzar y a bañarnos.
Me pasé todo el tiempo cantando la melodía aldeana junto a mis amigos de la juventud:
"Allá junto al Roque, hay un asaero, tres kilos de viejas y cinco de meros, caldo de pescado, aceituna y queso... y gofio escaldado...¡qué bien sabe eso!
Nos bañábamos y jugábamos en el agua, ¡qué rica estaba! Nos echábamos una copita de ron y seguíamos cantando:
"Como buena bebida, me echo un pizco de ron, eso sí que es vida... de buen señorón.
Parábamos un poco para comer algo, para comentar con los amigos tantas vivencias y anécdotas en nuestro pueblo, y continuábamos cantando:
"Las papas, el pescado, el vino y el ron, el gofio escaldado y el mojo picón"...
Vamos a la playa, vamos a pescar, vamos a la playa de San Nicolás...!
Por la mañana me levanté con una alegría en el cuerpo que no podía con ella. ¡Bendito sueño, amigo! Con la playa de mis sueños, con los amigos, con el aire aldeano y con la esencia del pueblo que me vio nacer.
Sueños como éste que vengan todas las noches. De esta manera paso muy buenos momentos en La Aldea, ¡aunque sean en sueños!
Glosario:
Gofio: Harina de millo (maíz) o de trigo.
Gofio escaldado: Mezcla de gofio con el caldo de pescado que se realiza en un tazón, se le puede añadir unas gotitas de aceite y una hojita de hierbahuerto (hierbabuena).
Mojo picón: Especie de salsa que se hace con ajos, cominos, sal gruesa y aceite de oliva en el almirez.
Se machaca todo con la manilla del almirez y al final se le añade agua al gusto, dependiendo si se quiere más o menos picón. Para que salga rojo se le añade pimentón, y para verde, perejil.
Foto tomada de Google
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domingo, 1 de mayo de 2011
La Aldea de San Nicolás: Porque es mía
No amo a La Aldea por sus inigualables playas
El Roque, Las Barquillas, La Caletilla o El Puerto
ni por las espléndidas montañas de Los Cedros, ni Hogarzales
tampoco por el alto Pico de La Inagua, ni por Risco Redondo
aunque siempre los llevo muy presentes en mi alma,
tampoco por el Caidero de Las Huesas, ni por la Cueva del Mediodía.
No amo a La Aldea por su hermoso y fértil valle
ni por el entrañable y añorado Barranco Grande
tampoco por el cálido y embriagante aroma del pueblo
ni por la calidez y hospitalidad de sus gentes
tampoco por los sueños que desde niño me acompañan
rememorando los inefables momentos pasados en él.
¿Saben ustedes porqué la amo?
Yo la amo porque es el pueblo de mis abuelos, padres y hermanos.
Yo la amo porque es mía.
Fotos Aéreas de Canarias
Foto de la Playa de La Aldea
antes de la construcción del muelle.
domingo, 17 de abril de 2011
La Aldea de San Nicolás: Nos saluda un nuevo día
Nos saluda un nuevo día
lleno de luz y de color
y nos quedamos extasiados
por este milagro de la Naturaleza
dando gracias al Creador.
Límpidas aguas de La Aldea
en el Archipiélago Canario
que nos hermanan con África
en la otra orilla del océano
unidos en el corazón aldeano.
Sol, mar, aire y montañas
forman el más preciado lienzo
donde pintamos el bello cuadro
del amor y espíritu aldeano
que llevamos prendido en el alma.
Foto: Luis Díaz
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lunes, 4 de abril de 2011
Nubes de mi Aldea de San Nicolás
Largas y esponjosas figuras multiformes
pintadas de vivos colores translúcidos
se recortan en el límpido manto azul
de mi dulce y amado cielo aldeano.
Cúmulos que viajan en juegos sin fin
cantando alegres melodías de antaño
aquellas que entonaban los aborígenes
al caer la tarde sobre su hermoso valle.
Volutas de algodón saludando el horizonte
que inspiraron a los poetas mallorquines
después de erigir la ermita en Los Caserones
mientras gozaban del mar de mi Aldea linda.
Cometas en el incomparable vergel azul celeste
que insuflaron con fuerza las ansias de libertad
de la Meliana, el Indiano, el cura Vicente
y de otros valientes aldeanos en el Pleito de La Aldea.
Vuelan siempre espléndidas y majestuosas
saludando al valiente pueblo que me vio nacer
que ha sido cuna prolífica de poetas, músicos
historiadores, deportistas y otra gente de bien hacer.
Lleven un infinito abrazo a mi añorado pueblo
que abrigue cada uno de sus rincones
que yo desde muy lejos cobijo en mi alma
añorando sus montañas, su cielo y su mar azul.
T
Texto Juan Antonio Quintana
Foto: Luis Díaz
domingo, 6 de marzo de 2011
La Aldea de San Nicolás: ¡Esta es mi tierra, hermano!
Esta es mi tierra, hermano
tierra de trabajo y amor
arrullada por el dulce océano
donde moran los aldeanos
bajo las nubes de algodón.
*
Hermoso pueblo es mi Aldea
bordado de vivos colores
que el viento del mar refresca
cuando del sur arriban los calores
al despedir la primavera.
La legendaria Punta de La Aldea
frente al majestusoso Teide
adornada por el Océano Atlántico
es postal que el pueblo aborigen
se llevó en su corazón blanco:
pues es imborrable imagen
que perdurará más alla del ocaso.
*
Esta es mi tierra, es hermosa, ¿no creen?
En caso de que duden, les invito a que se pasen
por nuestro pueblo y lo comprobarán.
*
Fotos de dos amigos aldeanos:
La primera de Marcial González
y las dos restantes de Luis Díaz.
domingo, 19 de diciembre de 2010
Asociación MONTYMAR, Senderismo y Buceo en La Aldea de San Nicolás
La Aldea de San Nicolás está de enhorabuena, pues cuenta desde hace un año con la Asociación Montymar la cual figura en el Registro de Asociaciones de Canarias. Está compuesta por un Club de Buceo y una Sección de Senderismo.
Objetivos
-Dar la oportunidad de conocer y disfrutar de los increíblemente bellos parajes de La Aldea y de los impresionantes fondos marinos de sus costas.
-Sensibilizar a todos sobre la importancia de la conservación y disfrute de los recursos naturales que posee a través del conocimiento y uso equilibrado de los mismos.
-Utilizar los recursos naturales como otra fuente de ingresos complementaria a la de la agricultura, siendo una alternativa viable al turismo de masas. El turismo ecológico está teniendo altos grados de crecimiento en las sociedades avanzadas, ya que son conscientes del alto valor que tiene este tipo de recursos en nuestro planeta, y un excelente medio para disfrutar de él, estando en contacto con la Naturaleza.
Personal cualificado
Con el objeto de llevar a cabo todas sus actividades con la máxima seguridad y calidad, cuentan con distinto personal especializado con alta calidad de conocimientos y mucha práctica:
-Un Instructor de Buceo Deportivo.
-Un Divemaster (Maestro de Submarinismo), ambos titulados por la IDEA - EUROPE (Asociación Internacional de Enseñanza de Buceo.)
-Una Licenciada en Ciencias del Mar, Lola Santana, Buceadora Advance de la Asociación Montymar, que explica en profundidad todo lo relativo a la flora y fauna de las aguas aldeanas.
Ya han formado a veinte buceadores con Certificación Internacional, casi en su mayoría aldeanos los cuales salen los fines de semana, especialmente, a bucear por la zona en las dos embarcaciones semirrígidas que posee la Asociación.
Lugar de inmersión
Suelen organizar Inmersiones de Buceo en 15 puntos, en los casi 30 Km de costa aldeana, que localizaron con gran esfuerzo y dedicación.
Profundidad de inmersión
Desde 10 a 45 m de profundidad.
Buceo en las tranquilas y mágicas aguas aldeanas
Los amigos de la Asociación me habían invitado para realizar una inmersión en las aguas de La Aldea. Yo me había trasladado el día anterior al pueblo para poder disfrutar de los aires aldeanos, de las montañas y del inmenso valle que es la parte baja de la cuenca hidrográfica más extensa de Canarias, que abarca los municipios de La Aldea, Artenara y Tejeda.
Esa noche me acosté temprano con el fin de estar en buenas condiciones para realizar la actividad. Yo me encontraba preparado física y técnicamente, pero estaba un poco inquieto, anhelante, por la actividad tan especial que iba a realizar. Hacía muchísimos años que no practicaba inmersión en
Me levanté a las cinco y media, pues quería estar despejado y mentalmente preparado para tan deseada experiencia. Después de desayunar me dispuse a salir hacia el punto de encuentro acordado en
Llegamos a ese lugar, anclamos la embarcación, nos equipamos y al momento dan la orden de lanzarnos al agua. Vamos bajando lentamente con tranquilidad, degustando cada instante al contacto con el medio marino, calmados, con respiración profunda, dando gracias a Dios por ser partícipes de esa hermosa experiencia, por estar vivos, por compartir el mismo medio con tan preciosos peces y con la sorprendente flora que adorna los suelos submarinos y volamos ingrávidos hacia su encuentro. Pronto nos divisan unas palometas que despreocupadamente se encuentran de paseo y al ver a unos compañeros de viaje se acercan a saludarnos. Luego aparecen las seifías que suelen vivir en zonas rocosas mixtas y que nos siguen dado su carácter tranquilo y también por ver si les quitamos algunos erizos como hacen otras especies.
Y así va pasando el tiempo buceando felices viendo y fotografiando gallos, los alegres roncadores, catalufas, viejas y cabrillas. Observamos a un camarón Lady Escarlata limpiando meticulosamente de parásitos a una morena; y una anémona que evagina sus saquitos azules para ahuyentar a otras de la misma especie.
El manómetro integrado en el ordenador de buceo nos indica que ya es tiempo de salir a la superficie y regresar al mundo, a la realidad cotidiana y dejar al medio submarino tan inverosímilmente genial, plácido y vivificante. Es hora de regresar a casa para recoger el equipaje con el fin de volver a la gran ciudad, lejos de la tranquilidad, paz y amistad de La Aldea y sus aguas junto a los componentes de
Gracias, amigos. ¡Qué bien lo pasé! ¡Hasta la próxima!
Foto: Andenes de Tasarte, Gran Canaria.
Senderismo
A partir del verano la Sección de Senderismo de la Asociación MONTYMAR de La Aldea organiza variadas rutas recorriendo por caminos, veredas y senderos los distintos lugares de la geografía aldeana, disfrutando de los increíbles paisajes que la adornan, acompañados por personal cualificado.
Un amigo mío, Manolo Medina, profesor de Educación Física de Educación Secundaria y exjugador de balonmano de alto nivel, que vive en la capital, desde los años 70 visitaba la Aldea con asiduidad para disfrutar de los parajes y senderos aldeanos. Me contaba entonces que nuestro pueblo era el lugar más hermoso de toda la isla para disfrutar haciendo senderismo. Muchas veces se iba los fines de semana solo, para estar en contacto con la Naturaleza, otras veces en compañía de un amigo también amante del fértil y hermoso valle aldeano. En mi juventud también me deleité pateando los caminos y senderos de La Aldea, recorriendo los lugares donde nuestros antepasados dejaron su amor y su esencia por la tierra que les vio nacer.
Personal especializado
-Dos Técnicos de Senderos, formados por la Federación Española de Montaña, y en activo en la Escuela Nacional de Montaña.
Haikus
Plácida tarde
esperan en el fondo
viejas y gallos.
*
Con bellos juegos
nos hacen disfrutar
los roncadores.
nos hacen disfrutar
los roncadores.
*
Buceadores
en busca de los peces
mar aldeano.
*
Las catalufas
con cabrillas y anémonas
juegan en el mar.
*
El mar y el cielo
se juntan en la Aldea
en calma chicha.
*
Mar de La Aldea
buceadores buscan
las palometas.
*
Club Montymar
en el mar se sumerge
costa aldeana.
*
El mar en calma
navegamos en busca
de las seifías.
Organigrama
Presidente de la Asociación Montymar: Fernando Navarro Díaz.
Presidente Club de Buceo Montymar: Ervigio Hernández Luján.
Forma de contacto
Si estás interesado en practicar senderismo o buceo, puedes contactar a la Asociación en:
Dirección: asociacionmontymar@gmail.com
Móvil: 649858613
La Asociación MONTYMAR está apoyada por la Consejería de Deportes - Turismo y el Exmo. Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás en pleno.
Fotos: Tomadas por Asociación MONTYMAR en sus salidas de senderismo o prácticas de buceo en aguas aldeanas.
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martes, 14 de diciembre de 2010
¡Cae el premio en La Aldea de San Nicolás!
Caidero Rabo Ratón. (Foto Miguel Ángel Butista)
Cuando llueve en La Aldea de San Nicolás todo el pueblo es una fiesta, se inunda de alegría y jolgorio. Y si se rebosan las presas, la gente sale a la calle con alborozo a celebrarlo, puesto que eso significa que hay agua para las próximas zafras, ya que ésta se cuida "como oro en paño".
No nos toca la lotería, decimos, pero somos agraciados con el premio gordo por el tesoro que nos cae del cielo. Cuando hay sequía todo es pesimismo. La gente no gasta sus ahorros, por si la sequía se prolonga durante mucho tiempo. Yo recuerdo una época en que no llovió ni una gota durante siete años, aunque siempre hay gente que tiene fe y, a pesar de todo, se arriesga. Les cuento una anécdota:
Mi madre, Purita la de la tienda de juguetes, había comprado gran cantidad de éstos para la venta de la temporada de Reyes, a pesar de que no había llovido durante bastante tiempo. Una semana antes de dicha festividad se acercó don Gregorio Sosa Bautista, tío de mi madre, y con voz calmada y disuasora le dijo: Purita, ¡embálalos!, no vas a vender los juguetes, ¡embálalos y devuélvelos! No, don Gragorio, verá que llueve antes del día 5. Y efectivamente, tres días antes llovió y mucha gente se apresuró a comprarlos, como lo hizo Piedaíta que le había prometido a su hijo Paco que le compraría una bicileta si llovía. A las doce de la noche del día 5 llegó Rodríguez, de la Comunidad Bersabé, y se llevó todos los juguetes más caros y que no estaban al alcance de todos los bolsillos. Y de esta forma se vendieron todos y mi madre, como hicieron todos los aldeanos, mirando al cielo, dieron gracias al Niño Dios por haber llegado con la lluvia a un pueblo tan necesitado de ella.
¡Cae el premio en La Aldea de San Nicolás!
Cae un tesoro
sobre La Aldea
nos llena el bolso
también la cartera.
Montañas sagradas
llenas de espuma
cantan las aves
mojadas las plumas.
La cola de caballo
y el rabo ratón
ríen a destajo
beben del porrón.
Se esconde el lagarto
y huye la perdiz
a lugar apartado
muy cerca de aquí.
Los aldeanos celebran
la fiesta del agua
¡rían, canten, beban
dsde la Playa a Inagua!
Vamos a las presas
para ver el tesoro
pues nos embelesa
y nos cubre de oro.
Damos gracias a Dios
por este gran regalo
que amoroso nos dio
a los alegres aldeanos.
*
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