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domingo, 23 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD Y FELIZ Y ESPERANZADOR AÑO 2013


          FELIZ NAVIDAD Y FELIZ Y ESPERANZADOR AÑO 2013


Queridos amigos aldeanos y visitantes del blog La Aldea de Juan Antonio:
Éste es tiempo de reflexión, de hacer balance de este año que acaba y, al mismo tiempo, es momento de tomar conciencia de que estamos aquí, agradecidos y esperanzados del nuevo tiempo que nos toca vivir. Gracias por SER y por ESTAR.

En la esperanzadora Era de Acuario
llega nueva luz a nuestros corazones
que lo llenan de paz y de amor,
de compasión y fraternidad.
Tenemos alegría y gozo al compartir
esta nueva luz radiante
que se extiende por todo el universo
transmutando las penas y decepciones de la vida
en esperanza y fe en el amor incondicional
que nos alienta a seguir el camino
para llegar a nuestra Divinidad.

Les deseo FELIZ NAVIDAD, y que disfruten de cada minuto, durante el 2013, conscientes de que es un Regalo del Creador. Y que cada experiencia, positiva o no, es elegida por nuestra alma para evolucionar.

jueves, 3 de mayo de 2012

Por fin la luz al final del túnel: Nueva vía para La Aldea



Video de Odiomed.




Mañana, 4 de mayo de 2012, se realizará la voladura del último tramo del túnel de la tan añorada vía que unirá en un futuro El Risco de Agaete con La Aldea de San Nicolás. Esta nueva carretera, con una longitud de 10 km, con 7 viaductos y un túnel  de 2.339 m, salvará  los  peligrosos precipicios del Andén Verde, dentro del Parque Nacional Tirma-Tamadaba, pero cuyo principal peligro es la caída de piedras y derrumbe de parte de los riscos.


                                                     Macizo Tirma-Tamadaba (Foto tomada de Google)


La actual carretera costó sangre sudor y lágrimas, primero para que concedieran el permiso y luego el presupuesto para su construcción, y  por el difícil trazado que eligieron, por unas montañas realmente de difícil acceso. Se dice que el ingeniero proyectó esa carretera, por ese sitio tan complicado, con el firme propósito de que no se pudiera llevar a cabo.


Después de más de 50 años recorriendo esa carretera, en la cual sentimos miedo muchas veces por las caídas de pìedras y derrumbes, también reconocemos los maravillosos paisajes de las esplendorosas montañas, de los agrestes y empinados acantilados, del inmenso mar azul visto desde las alturas, de la vista de la isla de Tenerife, con su majestuoso Teide, de los hermosos cardones y otras especies de la flora que alegran nuestra vista y nuestro espíritu. Ojalá que se minimice el impacto de las obras con la plantación de árboles, arbustos y plantas,  embelleciendo los accesos  donde hubo que horadar las montañas o remover millones de toneladas de tierra.


No sé si alguna vez, cuando se inaugure la nueva vía, podremos recorrer la antigua sólo por placer, para volver a disfrutar del maravilloso milagro del Creador, un esplendoroso cuadro que quedará para siempre en nuestra retina y en nuestro corazón.

jueves, 21 de julio de 2011

Durmiendo en Caleta del Peñón Bermejo (Aldea de San Nicolás)


Escondida entre montañas del Macizo de Guguy, me recibe la Caleta del Peñón Bermejo después de cruzar continentes, desiertos, cordilleras, océanos y mares, y de pasar un sinfin de peripecias, como todo buen viajero empedernido que no para la pata hasta caer exhausto.

La caleta se encuentra cerrada por ambos lados por dos espectaculares farallones que como dos atentos vigilantes me cuidan y protegen en todo momento.

Las parduscas arenas me acarician suavemente los pies, y toda la piel de mi cuerpo, al revolcarme para extraer  las energías inútiles que pugnan por salir de forma abrupta, con lo que me dejan bastante relajado y con la mente tranquila, que se va despejando de proyectos y ambiciones, de apegos, necesidades y creencias.

Sus turquesas y tranquilas aguas son cobijo para un ser que sólo tiene de compañeras a unas pocas y bellas palmeras que adornan la desembocadura del agreste barranco, y a unas aves que revolotean curiosas por el inesperado vecino que de repente se acercó a su hábitat natural.

Transcurren los días, semanas y meses y miro al mar, cada vez está más azul, más verde, más rojo. Las palmeras me saludan cada mañana haciendo una genuflexión, como señal de consideración y amistad por haberme quedado allí con el fin de hacerles compañía.

Me baño en las plácidas y acogedoras charcas donde mi somnolencia me lleva a soñar que me encuentro en el paraíso. Los peces juegan con los dedos de mis manos, me los muerden y un hilillo de sangre colorea las aguas. Y sigo durmiendo en Caleta del Peñón Bermejo. Y no quiero despertar.

*

Foto: Senderistas de Gran Canaria


Les recomiendo leer "Caleta del Peñón Bermejo", de Senderistas de Gran Canaria