martes, 11 de agosto de 2009

La Aldea de San Nicolás: La Casa del Balcón y otras anécdotas

La Casa del Balcón, de Felisa; al lado, la casita-pensión de Maloles y, a continuación, la casa del curato, con un balconcito. (Foto tomada de la FEDAC.)
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En nuestro corto entorno, donde nos movíamos cuando éramos pequeños, sobresalía el balcón de la casa de Felisa. Era de madera y estaba situado justo encima de la puerta de su casa, por lo que era referencia de nuestra altura.
Al principio veíamos cómo los niños grandes saltaban y lo tocaban sin esfuerzo alguno. Nosotros, con los ojos como platos, los mirábamos asombrados, con envidia.
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Poco a poco nos fuimos aproximando hasta terminar tocándolo con la punta de los dedos. Ya podíamos considerarnos de los grandes. Entonces nos fijábamos en los pequeños que se esforzaban por tocarlo, pero aún estaban un poco lejos de conseguirlo.
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¡Cómo es la vida! Todo es relativo.
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Foto actual de la casa del balcón. Foto de Yeyo Gil. (http://yeyo.lacoctelera.net/).
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En nuestro camino hacia la escuela de don Juan Márquez, a la que asistía, a la Plaza, lugar de juegos y paseos, y a la iglesia pasábamos ineludiblemente por “La Casa del Balcón”. A veces nos parábamos a esperar a los amigos en el poyito que se encontraba en un recodo de la esquina de la casa. Allí jugábamos a la “levantada” de “estampas” (cromos). O era lugar de descanso o de charla con los amigos.

Ese poyito ya es historia, puesto que tuvieron que desaparecerlo, ya que algunos malintencionados le daban otro uso poco decoroso, pero para los que no lo conocieron, lo pueden observar en la primera foto.

Un vecino me contó que en la casita que se observa entre la casa de Felisa y la del curato existía una pensión, a finales del S. XIX, regentada por Maloles y que un extranjero que se hospedaba en ella fue asesinado para robarle, cuando se dirigía a pie hacia la capital de la isla.
Un poco más hacia abajo se encontraba la casa que fue del famoso cura Vicente, ya tratado en algún post anterior.

Una anécdota que me contó mi padre, que vivía en esa casa también de joven, fue la siguiente:

El Sr Obispo, Monseñor Pildain y Zapiain, se encontraba de visita en casa del cura Vicente. Un día de madrugada un gato empezó a maullar y era tanto lo que incordiaba que el Obispo se levantó en calzoncillos para espantarlo. Mi padre también hizo lo mismo en calzoncillos, pero dice que el Obispo no se percató de su presencia.

Otra anécdota fue que una vez se encontraban almorzando en la cocina mi abuela María, su hija Hortensita y las personas de servicio, cuando bajó del segundo piso el Obispo, que ya lo había hecho con el cura Vicente, y poniéndose las manos en jarra exclamó: ¡Vaya banquete!

Por debajo de la casa del cura Vicente vivía Farero, tío de Micaela la de la Placeta. Su ideología era de izquierdas, contraria a la de su vecino el sacerdote. A pesar de eso, cada día se echaban sus grandes parrafadas, pues eran muy amigos.

Un día le avisan que su amigo Farero había fallecido. El cura se apresuró y llegó a la casa del difunto y tomándole el pulsó, exclamó: Todavía no ha muerto, por favor, salgan de la habitación. Así lo hicieron todos.
Al cabo de un rato sale el cura Vicente y dijo: Acaba de morir.
Ocurría en aquellos tiempos que la Iglesia Católica tenía una norma que era que si alguien moría sin confesar tenía que enterrarse sin acompañamiento del sacerdote en una esquina del cementerio. Y él no iba a permitir que a su amigo se le diera esa clase de sepultura.

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6 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Juan...

Muy lindos recuerdos se encuentran plasmados en tu entrada, tantas vivencias de nuestra niñez que hoy aún añoramos y que nunca se borrarán de nuestra memoria.

La casita del balcón se parece a nuestra casa paterna, también tenía uno, aunque hoy está muy bonita el balcón le fue suprimido pero se conserva casi como era en aquellos días.

Abrazos.

Unknown dijo...

me encanta leer tus recuerdos!!
son como una caricia para el alma......
te felicito!!!

un fuerte abrazo..
voy a publicar una entrada,dónde habla de mi viaje al chaco,puedo hacerlo gracias a los que me ayudaron!!!!!!!! graciasssssssss

besos, amigo

SEISITO dijo...

Que preciosas casas,tambien bellos recuerdos hoy las vemos solo en retablos artesanales,lindos recuerdo de la bella etapa de infancia.
besotes amigo

SEISITO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Soñadora dijo...

Tus recuerdos son tan vívidos que casi casi uno puedo también ser parte de ellos!
Besitos,

Nerina Thomas dijo...

Eres tan rico amigo!! Guardas vivencias muchas de tu historia y ello te hace ver una película bella.
Gracias por permitirnos llegar a verlas.
mi respeto habitual